jueves, 4 de noviembre de 2010

Foto Vivora de Cascabel

Conferencia Serpientes y venenos: una pareja peligrosa

Serpientes venenosas

Las serpientes son importantes en el ecosistema ya que realizan un importante control sobre las poblaciones de roedores que pueden transmitir graves enfermedades además de provocar pérdidas en la agricultura.
Por otro lado, las especies venenosas son un peligro para el ser humano, el ganado y los animales domésticos.
Existen varios aspectos que nos ayudan a diferenciar a las especies venenosas de las que no lo son. Por ejemplo, las especies venenosas tienen la cabeza triangular a diferencia de las no venenosas que su forma es ovalada. Sin embargo, una excepción serían las boas, que tienen la cabeza triangular y no son venenosas. Otra característica son las fosetas loreales, sólo presentes en las serpientes venenosas. Las fosetas se sitúan entre el ojo y la fosa nasal de cada lado y son órganos termorreceptores.
Las pupilas de las especies venenosas (y las boas) son elíptico-verticales, mientras que en el resto son redondas.
Las escamas también son diferentes.
Las serpientes venenosas las tienen carenadas y las no venenosas las tienen lisas.
La mayor parte de las picaduras, si la persona esta de pie, se realizan en las zonas de codos y manos y entre las rodillas y los pies. Por este motivo, deberán ser las zonas a proteger para evitarlas.
Todas las serpientes tienen dientes, pero no son válidos para masticar sino que le sirven solo para retener a su presa.
Las serpientes venenosas tienen a parte dos dientes especiales en la parte anterior de la mandíbula superior, de donde sale el veneno.
Este veneno se produce por glándulas salivales modificadas que se llaman glándulas ponzoñosas.

Cuando la serpiente prepara el ataque, estos dientes se enderezan y al abrir la boca las glándulas ponzoñosas se oprimen y el veneno sale al exterior. A la vez que muerde, inyecta el veneno en sus víctimas.
De todas formas, las serpientes venenosas suelen huir del hombre en vez de atacarlo. Sólo muerden cuando se sienten atacadas o molestadas.

Orígenes de las serpientes

Las serpientes son animales vertebrados que pertenecen a la clase de los reptiles. Los reptiles hicieron su aparición hace aproximadamente 280 millones de años y hace unos 135 millones de años aperecieron los primeros ejemplares de ofidios, que agrupan a todas las serpientes que existen hoy en día.
Existen alrededor de 2.660 especies de serpientes, cuya longitud puede variar desde unos pocos centímetros hasta superar los 10 metros. Se dividen en dos grupos: los escolecofidios, con unas 260 especies, y los aletinofidios, con más de 2.400 especies.
Las del primer grupo son pequeñas y no tienen veneno. Viven en climas tropicales o cálidos y se alimentan de pequeños animales que normalmente viven dentro de la tierra.
El segundo grupo comprende mayor diversidad en cuanto a tamaño se refiere. Están adaptadas a todo tipo de hábitat: terrestre, acuático, en los árboles o excavadoras.
Tienen las mandíbulas inferior y superior diferentes y pueden separarlas. Pueden tragarse a presas que les superan en tamaño.
En países como Egipto, estos animales eran considerados sagrados.
Otros países como China o Japón, y otras civilizaciones como los incas, los mayas y los aztecas, también divinizaban a este animal.
La religión judaica fue la primera en rechazar a las serpientes por considerarlas símbolo del mal.

Las serpientes son animales que están presentes en diferentes hábitats en todos los continentes, excepto la Antártida.
Debido a su físico, sin patas ni garras, las serpientes se alimentan engullendo a sus presas, debiendo tragárselas enteras.
Por este motivo su metabolismo, así como su digestión, es lenta.
El secreto de su digestión reside en sus jugos gástricos y en su veneno, en caso de ser venenosa.
El jugo gástrico de las serpientes tiene un ph muy ácido, lo que le permite digerir incluso los huesos.
Además, las serpientes venenosas utilizan su veneno para romper los tejidos antes que entren en acción los jugos gástricos.
La dieta de su alimentación es variada. Normalmente son carnívoras y deben ingerir a su presa recién muerta. La mayoría se alimenta de animales de sangre caliente, aunque hay especies que basan su alimentación en huevos de aves y otros reptiles.
La periodicidad con la que se alimentan depende de la edad, del tamaño de la presa y de la temperatura ambiental.
Las serpientes venenosas tienen ese veneno gracias a la secreción que producen sus glándulas salivales. Su composición depende de la especie de serpiente pero básicamente son proteínas específicas.
Cuando muerden a sus presas, les traspasan dos clases de venenos, los protelíticos y los neurotóxicos. El primero actúa sobre las proteínas de las células, destruyéndolas. Y el segundo provoca fallos pulmonares y cardíacos en las presa.
Las serpientes no atacan sin motivo. Además, son de gran utilidad para controlar el crecimiento de pequeños roedores.


miércoles, 15 de septiembre de 2010

Serpientes

Serpientes

Las serpientes son reptiles con cuerpo largo y cubierto de escamas. Sus ojos no se mueven y no tienen párpados. Pueden proyectar su lengua gracias a la fuerza de su mandíbula.

Los huesos de su mandíbula están unidos por ligamentos elásticos, lo que permite que puedan abrir de forma desproporcionada su boca.

Existe un hueso llamado “cuadrado” que une el cráneo con cu mandíbula inferior. Este hueso es largo y movible y permite que ambas partes se puedan separar.

Tiene un esqueleto muy sencillo ya que está compuesto por la cabeza (ósea), la columna vertebral y las costillas, que se sostienen gracias a las vértebras. Las serpientes son animales ofidios, no tienen patas. Para desplazarse emplean movimientos en forma de onda, aunque también los pueden hacer de forma recta.
Las serpientes se tragan a su presa por completo, sin partirla ni masticarla.

Empiezan siempre por la cabeza de su presa, y poco a poco va bajando por su tubo digestivo.

Si se trata de una presa de gran tamaño, la mandíbula inferior se separa del cráneo, gracias al hueso “cuadrado” que antes hemos mencionado, ampliando así la capacidad de su boca.

Las serpientes pueden ser venenosas o no. De forma común, se daba el nombre de ofidismo a la intoxicación que se producía debido al veneno de las víboras.

Como reptiles que son, son animales de sangre fría o también llamados poiquilotermos. Esto significa que dependen del medio exterior para poder regual la temperatura de su cuerpo.

Si nos adentramos en una clasificación más técnica, diremos que las serpientes son animales ectotermos porque su temperatura depende de la del medio, y heterotermos ya que esta temperatura puede variar dependiendo de la temperatura ambiente.